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3D EN CASA. Una nueva dimensión

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Todos estamos familiarizados ya con los sistemas de visionado 3D en el cine. Son bastante frecuentes en muchas de las salas de nuestra geografía. Pero en este caso, vamos a ir más allá, siguiendo el camino que parecen señalar los fabricantes, que es la posibilidad de disfrutar de este tipo de contenidos en nuestro propio hogar.

Texto: Redacción

Aún queda mucho camino por recorrer y en este artículo lo que pretendemos es ofrecer una visión global de cómo está la situación actualmente, cuáles son los requerimientos y qué puede ofrecernos el futuro.

Tal y como mostramos en nuestro especial CES 2010, son muchos los fabricantes que están apostando por esta tecnología y, lo que es más interesante, se está haciendo de una forma que podemos llamar, con ciertos matices, coordinada, gracias a la especificación Blu-ray 3D. Este aspecto resulta trascendental, ya que conseguirá acortar los plazos de llegada al mercado de una manera significativa. Es decir, parece que vamos a poder evitar una guerra como la que se produjo en la alta definición, respecto a la duplicidad de formatos.

En principio, esta aplicación se limitó a las salas de cine públicas, pero en los últimos meses estamos viendo cómo el Blu-ray está recogiendo el testigo del 3D. De hecho, ya podemos encontrar en el mercado algunos discos con una versión en 3D y un pack de gafas de regalo, aunque, de momento, este tipo de ediciones promocionales no ofrecen una gran calidad (originalmente fueron creadas en 2D) y no deben considerarse mucho más que una anécdota, pero que puede servir de introducción a lo que vendrá después.

ORIGEN E HISTORIA

Para entender cómo funciona el cine en 3D, es necesario hacer un repaso previo de la forma en que percibimos nuestro entorno. Los diferentes sistemas de tres dimensiones intentan reproducir la manera en que nuestros ojos registran imágenes en el mundo real.

La visión estereoscópica, nombre que recibe la percepción binocular de un objeto mediante dos ojos, produce la sensación de tridimensionalidad cuando el cerebro procesa dos imágenes 2D “capturadas” desde puntos ligeramente diferentes. El cine en 3D intenta que el espectador interprete la película de la misma forma que ve el mundo real. La principal limitación con la que se topan los ingenieros es la bidimensionalidad de las pantallas sobre las que se proyectan los largometrajes. Pero una ingeniosa combinación de tecnología y biología hace posible disfrutar de espectáculos en tres dimensiones.

La ilusión de profundidad en una fotografía o película se obtiene mostrando una imagen ligeramente diferente a cada ojo, tal como ocurre en el mundo real. Es el cerebro quien se encarga de hacer el trabajo restante para construirla. Remontándonos a los orígenes, en 1838, Sir Charles Wheatstone inventó el estereoscopio, un aparato muy simple que permitía al usuario observar unas tarjetas especiales, que tenían dos imágenes ligeramente desplazadas, que eran percibidas como una sola.

A pesar de lo ingenioso de la creación de Wheatstone, tiene una gran desventaja, que impide utilizarlo para los sistemas de cine 3D: sólo un observador colocado en una posición muy específica respecto de la tarjeta puede disfrutar del efecto 3D. Lógicamente, en una sala de cine, esto no es posible. Sin embargo, los ingenieros encontraron varias formas de enviar a cada ojo de cada espectador imágenes diferentes. La única condición es que el público debe utilizar unas gafas especiales.

GENERACIÓN DE CONTENIDOS

Por supuesto, para que todo esto funcione es necesario disponer de películas que hayan sido filmadas con el formato adecuado para su proyección mediante estos sistemas. Como el lector habrá deducido, se necesitan al menos dos cámaras de vídeo que capturen las escenas a la vez. Una recogerá las imágenes que luego se proyectarán para el ojo izquierdo, y la otra hará lo propio con las correspondientes al ojo derecho. Existen dos procedimientos para hacerlo:

En el primero de ellos, las cámaras no se ubican una al lado de la otra, horizontalmente, copiando la disposición de los ojos en un rostro humano. En lugar de ello, una se encuentra apuntando hacia el objetivo, en forma normal, mientras que la otra lo hace hacia el suelo, a 90 grados respecto de la primera. En el punto en que la línea imaginaria que atraviesa a cada cámara se cruza, hay un espejo semitransparente colocado en un ángulo de aproximadamente 45 grados, que actúa como un divisor del haz y ayuda a crear el efecto 3D.

Mientras que la cámara vertical permanece estacionaria, la otra se desliza horizontalmente de izquierda a derecha. De este modo, la intensidad del efecto 3D varía en función de la posición relativa entre ambas cámaras y la escena a registrar.

En el segundo caso, llamado Side-by-Side, se colocan dos cámaras paralelas de forma que una capta las imágenes para el ojo izquierdo y otra para el derecho. En ambas situaciones es muy importante que el sistema tenga un total control sobre los ejes y las ópticas de las cámaras para que la convergencia sea coherente.

Una vez que las cámaras han hecho su trabajo, un equipo especial se encarga de llevar a cabo el resto del proceso. Pero eso ya entronca más con los contenidos de nuestra revista hermana TM Broadcast, editada por esta misma casa.

TIPOS DE GAFAS

Las primeras cintas en tres dimensiones hacían uso de una técnica basada en el color. El espectador utilizaba unas gafas especiales que cubrían un ojo con un celofán semitransparente de color rojo y el otro con uno de color azul. Son las llamadas anaglíficas. La película consistía en dos imágenes superpuestas, con las porciones que deben ser vistas por uno u otro ojo del color opuesto al del celofán. El resultado es que cada ojo sólo ve lo que le corresponde. A pesar de lo simple del sistema, se percibe una relativamente buena “sensación 3D”. Si mirásemos la pantalla sin las gafas, sólo veríamos una imagen doble en color azul y rojo.

También encontramos las gafas polarizadas (similares a unas de sol tradicionales, estéticamente). Emplean una lente polarizada verticalmente y la otra horizontalmente, con las dos imágenes requeridas para la estereovisión configuradas de la misma forma. Este sistema permite especificar los colores 3D.

Actualmente, se emplean con mayor frecuencia las que tienen un filtro LCD, que se sincroniza con el sistema de proyección para tapar uno u otro ojo según corresponda. Concretamente, se emiten dos películas a la vez, una para cada ojo, con frames intercalados. Cuando en la pantalla se representa la imagen correspondiente al ojo derecho, las gafas oscurecen el cristal frente al ojo izquierdo, y viceversa. Si la frecuencia de proyección es suficientemente elevada, el mecanismo ojo-cerebro no detecta parpadeos de ninguna clase y la sensación 3D es muy convincente.

Este sistema también se está utilizando en los hogares, ya que funciona perfectamente con todos los televisores basados en el viejo CRT y varios de los proyectores más comunes. Sin embargo, las pantallas planas de plasma no disponen de una frecuencia de refresco lo suficientemente elevada para que las gafas LCD trabajen de forma correcta.

En cualquier caso, y dentro del ámbito doméstico, el objetivo es hacer desaparecer las gafas, algo que ya se ha conseguido en algunos modelos de NEC o Philips.

ESTÁNDAR 3D

Para conseguir llevar esta tecnología a las casas, los fabricantes han buscado una especificación BD que marque los estándares propios del 3D.

Dicho factor para el Blu-ray 3D llega justo cuando más cine con dicha tecnología salta a la gran pantalla y tiene que pasar al formato de alta definición con la misma experiencia.

Finalmente, el códec que se usará en esos discos será Multiview Video Coding (VMC), el cual nos deja una resolución de 1080p en cada ojo. Así, podemos hablar ya de alta definición completa también en 3D sin que el tamaño final del archivo sea el doble, pues se ha optimizado. De lo contrario, tendríamos en cada fotograma dos imágenes de 1080p, una para cada ojo, las cuales compondrían al final la imagen estereoscópica que da como resultado la sensación de las tres dimensiones en nuestro cerebro.

REQUERIMIENTOS TÉCNICOS

La ventaja para la llegada a los hogares digitales es que los nuevos discos serán retrocompatibles con los lectores actuales, aunque la mayoría sólo podrá reproducir contenido en 2D, también incluido en el disco 3D.

Sony se ha apresurado a advertir que su consola PS3 de Sony sí que será compatible con este nuevo formato Blu-ray 3D, al igual que otros modelos actuales que están por decidirse a partir de actualizaciones de firmware.

Sin embargo, no sucede lo mismo con los visualizadores. Será necesario contar con un panel preparado para las emisiones 3D. Ya hemos visto varios ejemplos en el reciente CES 2010 (Sony, Panasonic o Toshiba, entre otros). Pero la realidad es que un conjunto que permita disfrutar en su totalidad la experiencia 3D necesitará un Blu-ray compatible con la nueva especificación, un televisor 3D y en muchos casos, también unas gafas.

CONECTIVIDAD

La industria está convencida de la generalización en el uso del nuevo estándar HDMI 1.4, que está preparado para las emisiones en 3D. Recordemos que además está habilitado para trabajar con resoluciones de hasta 4096 × 2160 a 24 fps o de 3840 × 2160 a 30 fps. En cualquier caso, ya sabemos que la implantación de un estándar ha dejado varios “cadáveres tecnológicos” en el camino (Betamax, Laser Disc, Mini Disc) o conexiones cuya presencia es puramente testimonial (S-Video, por ejemplo) sin apenas uso. Habrá que estar atentos a la posible creación de nuevos modelos o la adopción de los ya existentes.

FUTURO Y PRESENTE

Ya hay televisiones públicas que han anunciado su intención de emitir contenido en 3D a través de la TDT. Además de algunas americanas, japonesas o coreanas, en nuestro país la catalana TV3 se lanzará este 2010 a la aventura del 3D.

El pasado mes de diciembre, ya se grabó en 3D la obra de teatro Llits, que posteriormente será emitida en televisión haciendo uso de la tecnología 3D. Para verlas, no habrá que adquirir gafas polarizadas (por otro lado, mucho mejores para ver contenido 3D) sino que bastará con gafas anaglíficas.

También la empresa Neotecno, en colaboración con La Opinión TV, lleva ya varios meses ofreciendo en modo de pruebas contenidos en 3D a través de la TDT. Este sistema es diferente al que plantea TV3, y no requiere de gafas 3D, aunque sí una pantalla preparada (o con un adaptador), además de un receptor para la señal 3D que se emite.

CONCLUSIÓN

Es evidente que el sector se ha movido a velocidad de vértigo en lo que se refiere al 3D. El motivo es que se ha conseguido volver a llenar las salas de cine (fíjense en las cifras de Avatar) e inmediatamente se ha planteado trasladar ese éxito a los hogares. Sin embargo, pensamos que el proceso será largo y selectivo en lo que se refiere a los contenidos. Hay pocos en 3D y son caros de generar. Nadie va a pagar por ver las noticias en 3D y es altamente probable que el uso de las gafas acabe cansando a los futuros espectadores en sus casas. Por otro lado, poder disfrutar de una buena película o una retransmisión deportiva en 3D FHD (su emisión en cines en EEUU está siendo un éxito) puede ser una experiencia extraordinaria. Y no nos olvidamos de los videojuegos, otro aspecto que puede resultar muy interesante para esta tecnología. Como siempre sucede, el tiempo dirá si la apuesta es acertada.