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MPEG-2 o MPEG-4: el mejor formato para HD

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¿Qué formato debería estandarizarse para el uso de señales en alta definición? ¿El MPEG-2 o el MPEG-4? Encuentra la respuesta en este artículo.

Texto: Redacción

El MPEG-2 es un estándar diseñado para la compresión de señales de vídeo que necesiten un amplio ancho de banda. El MPEG-4 mejoraba el rendimiento del MPEG-2, pero para flujos más bajos. El problema es que, desde hace un tiempo, el MPEG-4 resulta más eficiente y muchísimo mejor que el MPEG-2. ¿Es el MPEG-4 un formato que debería ser único? Si de alta definición hablamos, sin duda el MPEG-4 es la mejor elección.

Estamos convencidos de que muchos de ustedes han oído hablar alguna vez del MPEG-4. Este formato es parte fundamental de otras tantas versiones que nos han ido llegando en diferentes nombres: AVC, H.624... Lo hemos visto abanderando las recientes versiones del Quicktime y, sobre todo, anunciando la llegada del Blu-ray y el HD DVD. También está disponible para la televisión digital terrestre (TDT). Aun así, incluso después de estos dos largos años de existencia, el MPEG-4 sigue lidiando con el MPEG-2 por su protagonismo ante los contenidos en alta definición. La información es escasa, pero el mensaje, aunque también difuso, necesita una respuesta: ¿mejora tanto el MPEG-4 la alta definición que deberíamos abandonar el MPEG-2? Claro que sí.

El MPEG-2 merece un notable reconocimiento, ya que fue parte responsable del éxito del DVD-Video, el primer formato estándar que nos acercó a nuestras casas las primeras imágenes de vídeo digitalizadas. La digitalización evita gran parte de los problemas de degradación propios de las tecnologías analógicas, además de ofrecer numerosas ventajas difíciles de implementar en un sistema analógico. Una de ellas, si no la más importante, es la compresión. Un método totalmente necesario que permite que, a fecha de hoy, podamos ver una película en excelente calidad SD almacenada en un disco óptico de 12 cm de diámetro; recibir señales SD de calidad a través de las ondas hertzianas o incluso enviar nuestras propias producciones videográficas utilizando cualquier cuenta de correo electrónico. Esto que parece tan sencillo esconde un complicado proceso tecnológico que, justamente ahora, degrada el MPEG-2 a un nivel muy por debajo de lo que el MPEG-4 puede ofrecer. Una de las ventajas más provechosas del MPEG-4 es su mejor relación de compresión.

Cuando analizamos una imagen en cualquier visualizador buscamos los defectos y artefactos que pueden aparecer: observamos atentamente las líneas, los píxeles, analizamos la resolución, el movimiento... Aspectos que apuntan directamente al codec (el sistema que codifica y descodifica la señal original).



A POR EL VÍDEO



En lo que a vídeo se refiere nos interesan dos formatos estándar concretos: el MPEG-2 y el MPEG-4, aunque, como podemos ver en el recuadro correspondiente, el MPEG-4 no fue diseñado para este objetivo (sino que para ello está el MPEG-2; he aquí donde empieza la discusión). La razón por la que el MPEG-4 entra en esta discusión es porque los expertos han descubierto que este formato es mucho más eficiente que el que debería utilizarse.

Ante la necesidad de tener que comprimir los datos digitales de vídeo (y audio), el ingeniero tiene la posibilidad de elegir entre uno u otro formato en función de la necesidad de ancho de banda. Por ejemplo, el MPEG-2 permite anchos de banda de 6 MB/s para TDT, cable, vídeo bajo demanda o DVD-Video de definición estándar. Con el MPEG-4 puede conseguir enviar imágenes de vídeo que puedan ser identificadas con tan sólo un ancho de banda de 10 kb/s (perfecto para servicios móbiles o para Internet) y, en función de la calidad final, aumentarlo hasta los 8 MB/s para alta definición. Lo primero que a uno se le viene a la cabeza es que el MPEG-4 permite, utilizando el mismo codec, trabajar para diferentes plataformas; mientras que el MPEG-2 está muy limitado a unos pocos campos. Pero hay más aspectos que apuntan al MPEG-4.

Hay algunos prácticos, como la mayor velocidad de procesado del MPEG-4, pero existen otros más decisivos, como su mayor inteligencia, su superior adaptatividad o su mejor inteligencia. Incluye importantes herramientas y algoritmos para la codificación, el escalado y la compresión de varios objetos (elementos que no son vídeo). No permite únicamente comprimir audio y vídeo, sino también animaciones, texto, imágenes estáticas, texturas, botones... Incluso es superior en la detección y recuperación de errores, siendo una utilidad tremendamente importante, sobre todo, en el campo de la teledifusión. Durante un tiempo existió la creencia de que el MPEG-2 debía ser el formato estándar para contenidos que demandasen altas relaciones de datos, mientras que el MPEG-4 haría lo suyo en contenidos para menores anchos de banda. Justamente por esta razón, el MPEG-4 no es un desconocido para quienes habitualmente trabajan en el mundo informático. El Nero, el RealPlayer o el QuickTime hace tiempo que utilizan el MPEG-4 como base estándar. Pero, poco a poco, fueron apareciendo nuevas aplicaciones basadas en MPEG-4 que han ido desplazando al MPEG-2, incluso de donde se suponía que era más robusto. El H.624 o el AVC son dos claros ejemplos de ello.

Estos sistemas son capaces de ofrecer una calidad de vídeo superior utilizando el mismo ancho de banda que utiliza el MPEG-2. Dicho de otra manera, sin necesidad de tener que aumentar el ancho de banda disponible (y aquí pueden incluir cualquiera de los sistemas de difusión conocidos: aire, cable, satélite, enlatado...) podemos aumentar significativamente la calidad de imagen.

La empresa de teledifusión vía satélite DirectTV fue de las primeras en utilizar el MPEG-4 AVC como sistema de compresión para sus emisiones en alta definición; un paso que muchas otras empresas similares han ido adoptando en el último año.



EL CASO DEL BLU-RAY Y EL HD DVD



Lo que a nosotros, los usuarios, nos concierne de manera directa y a gran escala (permítannos olvidarnos ahora de las plataformas digitales vía satélite) es lo que han decidido para el Blu-ray y el HD DVD, que son los dos formatos en alta definición de que actualmente disponemos. Ambos aceptan el sistema de compresión MPEG-4 AVC, básicamente por que permite incluir, con una misma (o incluso mejor) calidad de vídeo, de 9 a 15 h de vídeo en HD en vez de las 4-8 h de vídeo si se utilizase el MPEG-2. Aun así, ambos formatos también permiten incluir vídeo codificado en MPEG-2, puesto que los estándares de teledifusión TDT (y el DVD-Video) utilizan mayoritariamente este formato. Curiosamente, también son compatibles con un formato “de la competencia”, el SMPTE VC-1, cuyo principal impulsor es Microsoft.

Para los usuarios, el uso de uno u otro formato no debería suponer ningún quebradero de cabeza, pero ahora ya sabemos que sí. Sobre todo cuando utilizamos como sistemas de visualización proyectores y como pantallas, telas de gran diagonal. En estas condiciones los “defectos” de un formato ideado hace años para un ancho de banda seguramente menor al que ya utilizamos, se convierten en evidentes. La calidad de reproducción de las líneas, los píxeles o los artefactos en movimiento se vuelven evidentes, ya que, en definitiva, el Blu-ray o el HD DVD tienen una capacidad limitada. Capacidad que mejora virtualmente con el MPEG-4.



APOSTAR POR EL MPEG-4



Desde el 23 de abril, Televisió de Catalunya S. A. está emitiendo en fase de pruebas, vía TDT, un canal en alta definición. Es la primera apuesta en este sentido utilizando el estándar DVB-T. Televisió de Catalunya ha decidido optar por el formato MPEG-4 (hemos detectado flujos MPEG-4 AVC a 10 MB/s a 1.400 x 1.020 píxeles utilizando el codec H.624). Desgraciadamente, no hay descodificadores de TDT compatibles MPEG-4 de una manera generalizada. Apenas algunos productos (como un televisor Loewe que presentaremos en nuestro próximo número) y poco más. Pero el intento es bueno. Desde la industria se espera que el MPEG-4 vaya ganando terreno. Esto permitiría adoptar este formato como verdadero estándar, lo que además de ofrecernos mayor calidad de vídeo utilizando un mismo ancho de banda, permitiría (de manera potencial) ofrecer nuevos servicios interactivos que no son posibles mediante el MPEG-2.

Desde un punto de vista comercial, el MPEG-4 significa un valor añadido para las compañías de teledifusión. Y para los usuarios una experiencia audiovisual totalmente mejorada. Pero esto significa que, como usuarios, sólo podemos esperar a que las empresas reaccionen y pongan a nuestra disposición todo lo necesario para disfrutar del MPEG-4, que no es poco trabajo.

¿CUÁNTO NOS CUESTA EL MPEG-4?

Cuando se desarrollaron los formatos Blu-ray y HD DVD, éstos incluyeron tanto el MPEG-4 como el MPEG-2 (y, como hemos visto en el artículo, también el VC-1 propuesto por Microsoft). Esto implica que todos los reproductores licenciados compatibles con el Blu-ray y/o el HD DVD incluyen un descodificador compatible con cada uno de los formatos anunciados. Si un disco está en MPEG-2 podremos verlo; si está en MPEG-4, también.

Las pruebas iniciadas por Televisió de Catalunya han abierto la caja de Pandora. Si sus pruebas se convierten al final (como sinceramente esperamos) en emisiones diarias, viendo el sistema de codificación utilizado, significa que tendremos que adquirir un descodificador para TDT compatible con MPEG-4. Incluso aquéllos que hayan adquirido un televisor con descodificador de TDT integrado, en la inmensa mayoría de los casos, deberán hacerlo. Todas las ventajas del MPEG-4 nos resultarán, a corto plazo, una vez sean reales, caras, e incluso molestas. Pero estamos convencidos de que el cambio vale mucho la pena y apostamos claramente por ello.