• Hits: 3184

Multicanal ficticio

Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 

Condiciones idóneas para un sistema ideal. Conoce si realmente te interesa y dónde encuentra máxima efectividad.

Texto: Alberto Gilabert

Últimamente estamos recibiendo bastantes consultas referentes a la indoinedad o no de estos sistemas capaces de recrear sonido envolvente utilizando sólo 2 cajas acústicas (más el correspondiente subwoofer). Unos buscan estos sistemas porque deben coexistir con una decoración que impide lcolocar las 5 cajas de un sistema multicanal convencional; otros, por problemas de espacio, exigencias familiares o, simplemente, porque a diferencia de muchos de nosotros, quieren un equipo que funcione de manera perfecta en estéreo y sea resultón en multicanal (apenas lo utilizarán así). Después de probar unos cuantos sistemas de éstos, les hemos encontrado otra utilidad (si el espacio donde los colocaremos cumple con las exigencias mínimas que también en este artículo detallamos). Así, al popularizarse las plataformas de televisión vía cable, satélite o teléfono y, por tanto, la llegada de un amplio número de canales específicos de cine y series (AXN, Hollywood, Calle 13, etc.), estos sistemas permiten explotar de manera eficiente las bandas en estéreo codificadas en Dolby Surround, siendo adecuados cuando no nos interesa activar todo el equipo 5.1 que tenemos instalado.

En las siguientes páginas analizaremos el rendimiento general de estos equipos, las exigencias en cuanto a espacio e instalación y, de manera global, sus resultados.

Bose sorprendió al mercado con la presentación de su 321, un sistema de cine en casa envolvente que sólo utilizaba dos pequeñas cajas para toda la restitución multicanal. Aunque era (y es) una solución relativamente cara, poco más tarde, otro gran número de fabricantes se apuntaron al carro con soluciones similares en funcionamiento pero con precios mucho más variados. ¿A quién iban destinados estos equipos? La mayoría argumenta que sus soluciones permiten disfrutar del “auténtico” sonido envolvente multicanal sin necesidad de instalar las 5 cajas a nuestro alrededor, lo que facilita la instalación de estos equipos en ambientes ya decorados o, incluso, convertir despachos o dormitorios en pequeños cines en casa. Todos, absolutamente todos, además aseguran una perfecta reproducción musical. Está claro que lo que quieren es vender.



EL CANAL CENTRAL



Ya hace un tiempo publicamos un artículo que justificaba la no instalación del canal central en un buen equipo de cine en casa. Bien instalados y para audiencias menores, el buen rendimiento de los canales frontales (izquierdo y derecho) pueden conseguir una reproducción perfecta, igual o superior a la que el canal central obtendría. De hecho, este canal se añadió a los sistemas envolventes cuando los cines eran inmensos y la audiencia tenía problemas de localización sonora (el efecto Haas). Pero en ambientes domésticos ni la audiencia es inmensa ni la separación de los canales frontales derecho e izquierdo es problemática. Por lo tanto, anular el canal central y dejar que dicha información sonora se reproduzca, por igual, en ambas cajas frontales no es problema. Eso sí, debemos tener la precaución de colocar las cajas acústicas frontales a la misma distancia respecto del visualizador, ya que en caso contrario desplazaría la imagen central hacia el lado más alejado. Pero ¿qué pasa con los efectos?



SONIDO FANTASMA



El sonido, como onda sonora que es, tiene una única dirección. Es decir, no hay “sonidos curvilíneos”, no son capaces de salir de un punto y llegar a otro a no ser que sea en línea recta. Pero el sonido sí puede reflejarse y rebotar en ciertas superficies, por lo que sí es posible conseguir que un sonido que emana delante de nosotros nos “llegue” por detrás de nuestras cabezas. Pero este sonido rebotado habrá perdido algunas frecuencias, direccionalidad, etc. No es oro todo lo que reluce.

A partir de estas dos premisas lo siguiente es diseñar esa caja acústica que sea capaz de generar los dos sonidos: el principal que correspondería a la escena frontal y el que deberá rebotar por las paredes y dar sensación envolvente. Todos los sistemas de campo sonoro envolvente utilizan unas cajas acústicas que, en realidad, más bien podríamos decir que son dos cajas en una sola (Yamaha es la excepción). Por eso siempre se utiliza un cable con más de 1 envío. Pero esto no es todo. Antes de la reproducción del audio es necesario el concurso de un procesador de audio específico, éste deberá recolocar los 5 canales independientes de la señal multicanal en los 4 canales únicos que necesita (2 por caja) con el posterior procesado para que las señales laterales consigan el efecto deseado. Además, las cajas acústicas no son de diseño tradicional puesto que la sección destinada a “enviar” el audio detrás de nuestras cabezas debe ser algo direccional y orientada hacia los extremos.

Por lo tanto, el buen rendimiento del equipo sólo se conseguirá si lo instalamos siguiendo unas premisas básicas, aunque no tan sencillas de llevar a cabo.

En los diferentes artículos sobre acústica que Luis Llana ha publicado en nuestros tres últimos números, nos dábamos cuenta de cómo los materiales que nos rodean inciden en mayor o menor medida en la acústica de la sala. Utilizando estos equipos de sonido envolvente virtual la forma del habitáculo donde lo instalemos y los materiales que recubran o convivan en esta estancia incidirán, directamente, en el resultado final.

Es conveniente seguir unos patrones básicos que, tal y como nos muestra la experiencia, sólo encontramos en los libros. Todos ellos recomiendan instalarlo en salas rectangulares, paralelo al lado más largo y colocándolo justo en el centro. El espectador debe estar situado delante del equipo y justo en el lugar donde el sonido que rebota a modo de efecto le llegue ligeramente por detrás. En nuestras varias y extensas pruebas con este tipo de soluciones, cuando se cumple esta premisa el resultado es realmente esperanzador.

Sin duda sigue lejos de lo que entendemos como sonido multicanal (sigue siendo muchísimo más adecuada una instalación convencional), pero la sensación de que algo suena por detrás existe e incluso “se mueve”. Pero ¿qué pasa en ambientes más reales?



ARQUITECTURA



Hemos instalado algunos de estos equipos en varios salones reales (los mismos de los que escriben en esta revista). En la mayoría de ellos no existe esa simetría arquitectónica que promulgan los manuales de usuario. Por cualquier razón, los espacios rectangulares se subdividen en dos, por lo que aparece una importante asimetría al instalar el equipo (una de las paredes está tres o cuatro veces más lejos que la otra). Además, hay paredes llenas de libros, CDs y DVD-Video, otras con estanterías y puertas de cristal, con ventanales o con tupidas cortinas que nos independizan del exterior. Hay paredes que, justo en el lugar donde el sonido lateral “fantasma” debería rebotar, tienen una puerta que da a un pasadizo y en el otro lado un tapiz colgado a modo decorativo, etc. Cada uno de nuestros experimentos en cada uno de los diferentes ambientes ofrecía resultados distintos. Había salas donde la asimetría arquitectónica hacía caer el sonido envolvente hacia un lado; otros espacios no conseguían una mínima y correcta restitución de los sonidos posteriores simplemente porque el sofá estaba tocando la pared posterior. Dicho de otro modo: toda instalación tiene sus pros y contras. Está claro que quien opte por esta solución debe ponderar de una manera más o menos seria si ahí donde colocará el equipo podrá explotar de manera eficiente las prestaciones de estos sistemas. No hacen falta altos conocimientos en arquitectura o acústica, sino tan sólo ser coherentes y aplicar con cierta lógica los parámetros que hacen buenos estos equipos. Basta con mirar qué materiales nos rodean y descifrar si el rebote de los sonidos será o no efectivo.

Por otro lado, están aquellos que cuando piensan en estos equipos lo hacen simplemente porque ven difícil instalar un sistema convencional, pero pueden quedar desanimados con las anteriores sentencias. ¿Existe solución? La mayoría de los sistemas de sonido envolvente virtual (hemos analizado las propuestas de Bose, Philips, Yamaha y Sony) funcionan bastante bien y el que consigan o no una mejor o peor atmósfera posterior no implica que la escena frontal no consiga la contundencia necesaria. Como mínimo evita la instalación dedicada del canal central. En cualquier caso, siempre existirá un “sonido fantasma” (menos en cámaras anecoicas, inexistentes en la vida real) más o menos convincente, que es el precio que hay que pagar cuando no podemos (o no queremos) colocar un par de cajas detrás de nosotros. De hecho, la única crítica posible a estos equipos es, justamente, por algo para lo que no están diseñados: la música en estéreo. Hay quien ha pensado en estos equipos como solución musical de cierta calidad pero con posibilidades en multicanal. La gran mayoría de los equipos que hemos probado (tenéis una comparativa en nuestro número de diciembre de 2005) ofrecen una reproducción musical algo limitada, sobre todo por el uso de cajas acústicas tipo satélite que necesitan del refuerzo imperativo de un subwoofer. No es que afirmemos que escuchar música con ellos sea una aberración, sólo que no consiguen lo que una buena pareja de cajas tipo monitor (aunque éstas no permiten esos sonidos “fantasma” en multicanal).

DOLBY SURROUND

Algunas series de TV y películas nos llegan a nuestro hogar en Dolby Surround, una versión de Dolby Laboratories que permite que en una cadena estéreo convencional descifremos la información del canal central, del subwoofer y de los efectos laterales. Al ofrecer una calidad de sonido inferior a una banda sonora Dolby Digital, las prestaciones de estos equipos de sonido envolvente virtual consiguen una buena expresión. Incluso con su bajo consumo y facilidad de uso, pueden utilizarse cada día y convertirse en el segundo equipo cuando disfrutamos de estos contenidos. Sólo es necesario instalarlos con cierta precaución, sobre todo en la distancia de las cajas acústicas frontales que deberán respetar una simetría perfecta con el visualizador.